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Galletas de ricotta: ¡sencillas, fáciles y deliciosas!

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Añadiendo la harina y la levadura:
Tamiza la harina y el polvo para hornear directamente sobre la mezcla de ricotta.
Añade también una pizca de sal.
Mezcla los ingredientes con una cuchara o espátula hasta que se forme una masa suave y tersa. Si la masa queda demasiado pegajosa, añade un poco de harina.
Dar forma a las galletas:
Coge un poco de masa a la vez y forma bolitas del tamaño de una nuez (de unos 30 g cada una).
Coloca las bolitas en una bandeja para horno forrada con papel de horno, dejando espacio entre ellas.
Cocinar galletas:
Precalienta el horno a 180°C (ventilador).
Aplana ligeramente cada bola con la palma de tu mano para darles una forma ligeramente aplanada.
Hornea las galletas en el horno precalentado y hornea durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén doradas y ligeramente hinchadas.
Saca las galletas del horno y déjalas enfriar completamente en la bandeja.
Decoración y servicio:
Una vez que las galletas estén completamente frías, puedes espolvorearlas con azúcar glas si lo deseas.
Estas galletas de ricota son perfectas para el desayuno, la merienda o para acompañar una taza de té o café. Quedan suaves por dentro y ligeramente crujientes por fuera, gracias a la ricota que les da un sabor delicado y una textura agradable. Guárdalos en un recipiente hermético para mantenerlos frescos por más tiempo. ¡Disfrute de su comida!

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