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Cómo se hacen las croquetas de jamón: elaboración de la RECETA paso a paso
Trocear y saltear el jamón
Comenzaremos colocando en el fuego una cazuela amplia y antiadherente. En cuanto haya adquirido un poco de temperatura le incorporamos el jamón, que habremos troceado a nuestro gusto. Lo saltearemos unos minutitos, lo justo para que vaya dejando su sabor pero sin resecarse ni ponerse duro. De hecho, en cuanto veamos que cambia de color, lo retiramos de la cazuela y lo reservamos.
Preparar el roux
Pondremos 35 ml de aceite de oliva y 35 gr de mantequilla en la misma cazuela en la que salteamos el jamón. Cuando ambas se hayan fundido añadimos también media cebolla picada muy finita..
Le agregamos una pizca de sal y dejamos que se vaya cocinando poco a poco, hasta que veamos que ya está tierna. En ese momento, incorporaremos 50 gr de harina y 20 gr de maizena.
Mezclaremos y dejaremos que se cocinen durante 2 ó 3 minutos, a fuego suave y sin que lleguen a tostarse.
Añadir los líquidos
Pasaremos ahora a añadir los líquidos, empezando por 200 ml de caldo, que puede ser de pollo, de cocido o, por supuesto, de jamón.
A fuego suave y removiendo continuamente con unas varillas, iremos integrándolo y disolviendo los grumos que puedan formarse.
Y cuando veamos que la harina ya ha absorbido este líquido, agregaremos también leche. Para que nos resulte más sencillo ligar la masa, es recomendable que el caldo y la leche estén calientes o al menos a temperatura ambiente, y la leche la iremos agregando de poco en poco, e integrándola en la mezcla de la misma manera que hicimos con el caldo.
La cantidad de leche, la que pida la mezcla, en principio calcula unos 700 ml, aunque esto puede variar un poco en función del tipo de harina que utilicemos.
Añadir el jamón y terminar de ligar la bechamel
En cuanto la bechamel esté fina y haya adquirido una textura ligeramente espesa, la condimentaremos con sal y una pizca de nuez moscada y le incorporamos los trocitos de jamón que teníamos reservados.
Solo nos falta terminar de espesar la bechamel a nuestro gusto, ya sabes, a fuego suave y moviendo para que no se agarre al fondo, de hecho, para mi el punto perfecto se consigue cuando al pasar la lengüeta entre la masa se separa y despega del fondo sin dificultad.
Este será el momento perfecto para pasarla a una fuente amplia y extenderla sobre el fondo.
Dejaremos que temple un poquito y luego la taparemos con film transparente y la llevaremos al frigorífico para que enfríe, preferiblemente hasta el día siguiente, de esta forma nos aseguraremos que la masa está espesita y bien manejable.
Dar forma y empanar
Media hora antes de cocinar las croquetas sacaremos su masa de la nevera y la dejaremos atemperar, así evitaremos que se abran al freírlas. Luego iremos cogiendo porciones de masa y, con la ayuda de dos cucharas, o con las manos, daremos forma a las croquetas. Las empanaremos, pasándolas por harina, huevo batido y pan rallado.
Freír las croquetas
Las freiremos por tandas en abundante aceite, que además debe estar bien caliente.
Cuando las vayamos teniendo doraditas a nuestro gusto las sacaremos
y las pasaremos a un plato con papel absorbente, de esta forma eliminarán el exceso de aceite.
Listas para comer, no se tú, pero yo no me resisto a probarlas!!!
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