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1. En un tazón pequeño, mezcla el agua tibia, la levadura y el azúcar. Deja reposar durante unos 5-10 minutos, hasta que la mezcla esté burbujeante y espumosa.
2. En un tazón grande, mezcla la harina y la sal.
3. Agrega la mezcla de levadura a la harina y comienza a mezclar con una cuchara de madera o una espátula hasta que los ingredientes estén combinados.
4. Amasa la masa sobre una superficie ligeramente enharinada durante unos 8-10 minutos, o hasta que esté suave y elástica.
5. Coloca la masa en un tazón ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño limpio y húmedo, y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
6. Una vez que la masa haya duplicado su tamaño, vuélvela a amasar ligeramente para quitar el aire.
7. Forma la masa en la forma que desees para tu pan: puedes hacer una hogaza redonda, una barra larga o utilizar moldes para pan.
8. Coloca la masa en una bandeja para hornear ligeramente enharinada, cúbrelo con el paño limpio y húmedo, y deja reposar nuevamente durante unos 30-45 minutos, hasta que haya vuelto a crecer.
9. Mientras tanto, precalienta tu horno a 220°C (425°F).
10. Si lo deseas, puedes hacer cortes en la parte superior de la masa con un cuchillo afilado antes de hornear.
11. Hornea el pan en el horno precalentado durante unos 20-25 minutos, o hasta que esté dorado en la parte superior y suene hueco al golpearlo ligeramente en la parte inferior.
12. Retira el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla antes de cortarlo. ¡Disfruta tu delicioso pan casero!
Recuerda que las medidas y los tiempos pueden variar según las condiciones climáticas y el tipo de harina que uses, así que es posible que necesites ajustarlos un poco. ¡Buen provecho!
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