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Alguna vez has sentido la necesidad de comer algo crujiente y delicioso con una bebida refrescante en un día soleado? Para mí, las tortas fritas caseras son la solución perfecta. Recuerdo cuando era niña, mis abuelos las hacían cada vez que visitábamos su casa. Era como una tradición familiar. La casa se llenaba del aroma a masa dorándose y todo el mundo se reunía alrededor de la cocina esperando ansiosos a que estuvieran listas. ¡Qué felicidad! Cada bocado era una explosión de sabor y nostalgia.
Lo que me encanta de las tortas fritas es que son simples de preparar, pero te dan la oportunidad de ser creativo. Puedes disfrutar de ellas solas, espolvorearlas con azúcar o acompañarlas con un poco de dulce de leche. Además, son perfectas para compartir, lo que las convierte en la merienda ideal para cualquier reunión con amigos o familiares. ¿Listo para descubrir cómo hacer estas delicias en casa? ¡Vamos a ello!
